¿Te imaginas estudiar la Vía Láctea y poder verla como si estuvieras en medio del espacio, o poder meterte al interior de una célula? El metaverso y sus posibilidades para la educación están cada vez más cerca, pero, ¿qué implica esto? Aquí te contamos más.
Primero ¿Qué es el metaverso?
El metaverso que imaginan las principales compañías tecnológicas del mundo es un mundo virtual al que los usuarios se conectan utilizando una serie de dispositivos tecnológicos. Empleando realidad virtual, que permite tengan experiencias de distintos tipos — inmersivas, interactivas y muy realistas— a través de un avatar.
El término metaverso proviene de la novela ‘Snow Crash’, publicada por Neal Stephenson en 1992; en ella, el metaverso hace referencia a un universo virtual ficticio basado en el nuestro, y es un término que se ha utilizado para describir visiones de espacios de trabajo tridimensionales o virtuales.
¿Qué aporta el metaverso a la educación?
El inicio de la pandemia significó una búsqueda de soluciones tecnológicas para conciliar la distancia social que se impuso. Sobre todo, aceleró la implementación de estructuras casi 100% digitales y de comunicación remota que quizá hubieran tardado muchos años más, incluso décadas, en instalarse.
Las redes sociales, las plataformas digitales, los distintos materiales disponibles en internet; todo esto ha cambiado nuestra manera de relacionarnos y comunicarnos, y por supuesto, la educación siempre estuvo al frente de esta revolución comunicativa.
La educación y el metaverso: un gran equipo
¿Cuáles son algunas de las aportaciones del metaverso a la educación? Existen cuatro puntos importantes:
1. Educación sin límites espaciales.
En la actualidad ya es enteramente normal tomar clases a distancia o estudiar a través de plataformas en línea, pero el metaverso ofrece un nivel de inmersión que son imposibles en plataformas como zoom, en las que surgen muchos problemas de comunicación y es difícil mantener la atención y compromiso de los alumnos.
2. Exposición total a los temas de estudio.
Los estudiantes pueden interactuar con los contenidos de forma directa, y tienen la posibilidad de estudiar objetos, lugares e incluso eventos como si estuvieran ahí mismo.
3. Aprendizaje personalizado.
A través de las distintas facciones del metaverso los estudiantes pueden ir a su ritmo y aprender de la manera que se ajuste mejor a su estilo. Cada niña y niño se detienen en los “módulos” y en los ejercicios que necesita sin tener que desviar al resto de la clase.
4. Clases más variadas, interesantes y divertidas.
Es mucho más fácil cautivar y mantener la atención y el entusiasmo de los alumnos cuando están realmente involucrados con los temas y tienen la posibilidad de seguir sus propios instintos y maneras de aprender. La realidad digital ofrece experiencias novedosas y gratas para alumnos de todas las edades.
¿Es el metaverso el futuro de la educación?
Es difícil saber qué rumbo podría tomar esta iniciativa de compañías como Facebook, Microsoft y Google, pero lo que es indudable es que la realidad virtual no hará más que volverse cada vez más sofisticada e importante en la vida diaria.Es por esto que las instituciones educativas deben estar siempre al corriente con los últimos desarrollos en realidad virtual y tecnologías de la comunicación, ¡como hacemos en el INSTITUTO LAS TORRES SIGLO XXI!