Hablar sobre la frustración
Por: Itzel Díaz Martínez
Psicóloga de instituto las torres – bienestar escolar
Las rabietas o berrinches son comportamientos naturales durante el desarrollo de la primera infancia; que se dan porque los niños y niñas aún no han aprendido a expresar sus necesidades ni a controlar sus emociones, especialmente cuando se sienten frustrados o desbordados a nivel emocional. Éstas empeoran por el hecho de no tener un vocabulario que le permita expresar sus sentimientos, sentirse cansados, con hambre o enfermos.
¿Cómo actuar ante las rabietas?
No lo tomes personal. Las rabietas no son una forma de llamar la atención, ni para provocar el enfado de un adulto; lo que sucede es que el niño o niña que la presenta se siente desbordado emocionalmente por la situación en la que se encuentra y no sabe actuar de otra manera.
Las personas tendemos a gestionar nuestras emociones de la manera en la que lo hacen las personas adultas que nos rodean, por lo que es importante que entiendas que el principal ejemplo para tus hijos e hijas, eres tú.
Actúa con calma. La tarea de los adultos es enseñar a niños y niñas otras formas de manejar la frustración y de expresar sus sentimientos y deseos. Es importante empatizar con las niñas y niños para ayudarles e intentar poner en palabras simples aquello que creemos que les pasa.
Recuerda que la rabieta no es un ataque personal, ese niño o niña lo está pasando muy mal al no saber canalizar sus sentimientos, y en ese momento la única forma que tiene de expresarlo es mediante gritos y llantos, por lo que tenemos que traducir, para que en el futuro también sepa decir lo que le pasa.
Ahora bien, ser empático no es ceder ante la rabieta, sino ayudarles a poner en palabras lo que les pasa. Por ejemplo: “creo que estás molesta porque estabas entretenida jugando y nos tenemos que ir” o “Te sientes frustrado porque querías ponerte solo los zapatos, pero has necesitado mi ayuda para hacerlo”. De esta forma, le haces saber que te estás poniendo en su lugar y facilitarás que se calme y te escuche.
Ofrécele una alternativa y ayúdale a cambiar el foco de atención para evitar que se vuelva un bucle
¿Cuándo buscar ayuda?
La etapa de las rabietas es una fase normal en el desarrollo de los niños, siempre y cuando no se traspasen determinados límites. Si las rabietas están empeorando y usted no cree que pueda manejarlas, busque el consejo de su médico familiar o psicóloga de confianza. Igualmente, consiga ayuda si descubre que usted mismo se está tornando furioso y gritando o le preocupa que pueda reaccionar frente al comportamiento de su hijo con castigo físico.
La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda llamar al pediatra o al médico de la familia si:
Las rabietas empeoran después de los 4 años
Su hijo se lesiona o lesiona a otros o destruye pertenencias durante las rabietas.
Su hijo contiene la respiración durante las rabietas, en especial si se desmaya.
Su hijo también tiene pesadillas, involución en el control de esfínteres, dolores de cabeza, dolores estomacales, ansiedad, se niega a comer o ir a la cama o se aferra a usted