No es ningún secreto que la adolescencia es una etapa crítica y a menudo muy complicada -incluso dolorosa- para los padres de familia. Pero ¿te has puesto a pensar cómo lo es para los propios adolescentes? ¡En esta etapa están creando su identidad, es decir, lo que son! Sigue leyendo para saber por qué esto es tan importante.
Adolescencia: el nacimiento de una personalidad
Así como el cuerpo pasa por una serie de cambios que los acerca a la madurez física, el pensamiento e identidad de los jóvenes también sufren una serie de cambios que motivan al adolescente a alcanzar un objetivo: encontrar su autonomía, diferenciarse de los demás, saber quiénes son. Si quieres ayudarle en ésta búsqueda llena de confusiones y retos, aquí te dejamos algunos consejos:
- Fomenta la buena autoestima de tu hijo o hija desde una temprana edad. La identidad es algo que empieza a formarse desde que son pequeños, para alcanzar su plenitud durante la adolescencia. Cuando los jóvenes cuentan con una buena autoestima, reconocen y explotan sus fortalezas, no tienen miedo a probar cosas nuevas y sobre todo no necesitan compararse excesivamente ni imitar a los demás.
- Las relaciones interpersonales son fundamentales durante la adolescencia. Cómo se relacionan con los demás ayuda a formar la propia identidad de los jóvenes, por eso puedes ayudarles a desarrollar sus habilidades sociales para hacer más fluida y sana su convivencia con los demás. Sobre todo, no les limites demasiado.
- Recuerda que tu hijo o hija es su propia persona, no trates de imponer una identidad en ellos, forzándolos a actuar o pensar como tú lo harías. Déjalos expresarse con libertad, dales un espacio donde puedan ser ellos mismos con confianza y sin vergüenza. Todo, por supuesto, de manera sana y segura.
- No asumas que a tu hijo o hija le gustarán las mismas cosas que a tí, déjalo experimentar y conocer nuevas cosas, tener nuevas experiencias, etc. Recuerda preguntarle qué es lo que quiere y que es lo que le gusta en lugar de decidir tú en su lugar.
La adolescencia no es una etapa fácil, pero es un proceso importantísimo y que rinde muchísimos frutos para toda la vida. Tú puedes ayudar a que estos frutos sean positivos. Ayúdale a tu hij@ dentro de toda la confusión y la incertidumbre. Para facilitar este tránsito recuerda que sobre todo los jóvenes necesitan saber que cuentan con tu cariño y apoyo incondicional. Así, tendrás a un excelente -y feliz- joven adulto en poco tiempo.