La etapa adolescente se caracteriza por la serie de cambios a nivel hormonal y mental (búsqueda de identidad, frustración, conductas que determinan sus relaciones), tan fuerte en nuestros hijos e hijas, por ello muchas veces como adultos, puede ser complicado relacionarse con ellos, ya que estos buscan su independencia; sin embargo, es el deber de una madre y padre el marcar limitantes en la conducta para un buen desarrollo.
A continuación 5 consejos para entender y fortalecer las relaciones familiares con tu hijo o hija adolescente.
1. Mente abierta: es importante intentar empatizar con la perspectiva de tu hija o hijo, tomando en cuenta los factores que están influyendo en su manera de vivir valorar su felicidad y preocupaciones, esto no quiere decir que debemos ceder a los caprichos adolescentes, sino que entendamos la situación en la que se encuentran para gestionar los conflictos que aparezcan y así tomar la mejor decisión.
2. Recordar nuestros años adolescentes: con base en el punto anterior, debemos recordar nuestra etapa adolescente, en donde al igual pero no de la misma manera, buscábamos la independencia, explorar nuevas actividades y gustos, siendo todas estas, características propias de la edad.
3. Todos cometemos errores: dejar que tu hija/hijo cometan sus propios errores, de esta manera podrá adquirir experiencia, generando la autorreflexión para no volver a cometerlo, es por esto que te recomendamos dejar que tu hijo experimente en la medida de lo posible, siempre y cuando este no corra ningún peligro.
4. Validar sus emociones: recuerda que en la etapa adolescente todas las emociones están extrapoladas debido al cambio hormonal que están manejan, por ello te recomendamos mantener una comunicación constante con él o ella, en donde escuches con atención y no invalides lo que sienta, ya sea enojo, tristeza, emoción, amor o desamor.
5. Validad sus necesidades: es importante escuchar y llegar a un acuerdo con nuestros hijos e hijas, ya que de esta manera será más sencillo marcar límites coherentes y no acudir a la dominancia inmediata, la cual puede generar grandes obstáculos en la relación.
Convivir con un adolescente no es tarea fácil, sin embargo, si generamos un lazo de buena comunicación y límites, tanto ellos como nosotros podremos aprender mutuamente del otro.