La pandemia causada por el COVID-19 hizo que se reinventara cómo vemos la salud, desde el constante lavado de manos hasta el uso del cubrebocas cuando salimos a la calle, se han vuelto elementos indispensables en nuestra vida diaria.
Con la llegada de la nueva normalidad la gran mayoría de las medidas de prevención seguirán con nosotros durante algún tiempo, sin embargo, esto no significa que sea malo, al contrario pueden ayudarnos a llevar una vida más sana, por ejemplo:
Lavado de manos
El lavado de manos es indispensable hoy en día, evitar tocar superficies expuestas y de hacerlo reprimirnos de tocarnos la cara para evitar el esparcimiento de las bacterias, utilizar constantemente gel antibacterial o de lo contrario, lavarse cuidadosamente las manos al momento de llegar a casa. Este es un gran hábito para inculcar en los niños y que debe permanecer incluso en la post-pandemia. El lavado de manos evita la transmisión de gérmenes que pueden ocasionar enfermedades en los más pequeños.
Alimentación más sana
El mantenernos en casa ha propiciado mantener una alimentación más sana, debido a que no podemos salir tampoco podemos somos capaces de asistir a restaurantes de comida rápida o insalubres. Aprovecha este tiempo en casa para enseñarle a tu hijo a mantener una mejor alimentación y una vez llegue el momento de salir al exterior recuerda solo asistir a restaurantes que cumplan con las medidas de salubridad obligatorias.
Uso del cubrebocas
El uso del cubrebocas puede ser incómodo después de largos periodos de tiempo pero es una gran manera de reprimir el contagio entre personas. Cuando salimos enfermos a la calle y tosemos sin cubrebocas los gérmenes se esparcen en el aire y terminan contagiando a alguien más, sin embargo, con el cubreboca podemos evitar esto, especialmente en lugares concurridos es una gran manera de mantenernos protegidos.